jueves, 29 de enero de 2015

Tu llanto

          


     

¿Por qué ese llanto ahora?
¿No sabes que ya nunca estarás sola?

Siempre tendrás el aire de diciembre
que besará tu piel cada mañana
para pintar de rosa tus mejillas.

 Siempre vendrá la lluvia en primavera
a regar con chubascos generosos
los bellos arriates de tu alma.

Siempre tendrás la exuberante fronda
que llenará de aromas seductores 
las calles solitarias de tus sueños.

¿Qué le dirás, si lloras,
al descarado viento del otoño?
¡Él que siempre termina
enredado en tu pelo, por amor!

¿Y a esa luna redonda
que te mira tan fija
detrás de una pirámide dormida,
qué le dirás si lloras?

¡Esa luna que llega cada noche,
que entra por tu ventana,
que te besa en la frente,
y,con su nívea luz,
baña tu ardiente cuerpo de ninfa apasionada!

¿No sabes que si lloras,
esos ojos de miel se enturbiarán
con negros riachuelos de pesares?

 ¡No ves que harás sufrir a las inquietas olas!
¡Que ya no acudirán a dejar en tu playa
dulces besos de espuma!

 ¡Ni siquiera las tristes golondrinas
lloran ya por los sueños
que se dejan atrás cada verano!

No me llores, mi bien.
Que no se queje el sol
de que un atardecer sereno y púrpura 
dejaste de mirarlo.

Ni se lamenten nunca las frágiles gardenias
de que al alba rosada, al pasar junto a ellas,
no te llevaste su embriagador aroma
dormido entre los dedos.

¿Por qué ese llanto ahora?
 ¿No sabes que ya nunca estarás sola?

No permitas que la canción eterna del silencio
se rompa en mil pedazos
ahogada por tu llanto.

                        mayo-2011 (Reedición)


(De "Versos al atardecer")















jueves, 22 de enero de 2015

Soneto LVII (Vejez)







Ese incierto vivir,esa desgana
que transforma sin más su sangre en hielo,
ese miedo a soñar,ese desvelo
ante cualquier señal en su ventana.

Esa feroz rutina cotidiana
que lo tiene pegado al duro suelo,
ese miedo a sentir,ese recelo
del vívido fulgor de la mañana...

no es más que la vejez,la decadencia
de un cuerpo ajado ya,sin alegría,
que sumiso va en pos de su sentencia;

dejó ya muy atrás su mediodía
y en la tarde navega su existencia
camino de la noche más sombría.








viernes, 16 de enero de 2015

Nunca el tiempo es perdido








Nada es inútil,nada
es vida derrochada.
Nunca el tiempo es perdido
cuando lo utilizamos generosos
en avivar el fuego que conserve
despierta la ilusión.
Todo aquello que hacemos sin presión
nos hace renacer
en cada nuevo día.
Es fuente de esperanza,de alegría,
es inundar de luz y de armonía
el propio corazón.

Nunca el tiempo es perdido cuando amamos
con un amor sublime
todo aquello que hacemos o afrontamos
para seguir creciendo como hombres,
para ser más persona cada día.

Admirar un hermoso atardecer,
pasear por un parque con palomas,
aspirar de las rosas el aroma
o pasarse las horas contemplando
la inmensidad del mar...
nunca es tiempo perdido.

Deshacer un dilema,
escribir un poema
o escuchar veinte veces por lo menos
una bella canción...
nunca es tiempo perdido.

Solo pierden el tiempo los que absortos
se olvidan de ellos mismos
para poner sus vidas al servicio
del más duro y feroz materialismo.
Ellos son los que pierden todo el tiempo
mientras dicen y gritan
mil veces cada día,
como en una terrible letanía,
que el tiempo es oro...¡ORO!,
que los segundos cuentan,
que cada uno es vital para seguir
sumando dividendos.

Son los mismos que,
por falta de tiempo,
salen siempre corriendo
cuando ven acercarse algún poeta
que en voz alta y tranquila
proclama a todo aquel que oírle quiera
aquello tan sencillo y evidente
que muchos ya olvidaron:

¡El tiempo nunca es oro,
el tiempo es siempre vida!







domingo, 11 de enero de 2015

Mar primero







Te recuerdo algo esquivo,
como jugando al escondite con mi asombro.
A veces te mostrabas.
A veces te escondías
tras altos edificios de cristal.
Desde el viejo automóvil,
mis ojos,
abiertos al embrujo de tu magia,
no podían ya mirar hacia otro lado
que no fuera a tu azul inmensidad.

Intenso, impresionante mar primero.
Ese verte y no verte
hizo que el mito-mar de mis delirios
se hiciera aún más vasto,
más intenso,
más mar.

Padre Mediterráneo,
sólo tú podías ser mi mar primero.
Era un amanecer de besos púrpuras
que realzaban tu majestuosidad.
Fue allá, en Castelldefels,
al sur de la soberbia Barcelona.
Yo tenía quince años y tú,
toda una imperturbable eternidad.








jueves, 8 de enero de 2015

Haikus 51-52 (Lluvia)







             Haiku 51

        Lloran las nubes
        cuando se quedan fríos
        sus cuerpos de agua.







                     Haiku 52

                 Taconeando
                 en tablados de tejas
                 baila la lluvia.