martes, 21 de octubre de 2014

Soneto LV (El alma en cada nota)






                                         A Paco de Lucía

                  Sus manos, dos palomas encantadas
bebiendo de seis ríos de metal;
sus ojos, limpios lagos de cristal
con brillos de mil noches estrelladas.

Acordes como agudas puñaladas
al mismo corazón -dulce puñal-;
cadencias que con arte magistral
llenaban de color las madrugadas.

Hablaba la guitarra y él sentía
que al cielo se elevaba cual gaviota
en busca de la luz del nuevo día:
pues se dejaba el alma en cada nota.

Hoy la mía tan solo es alma rota
que al saber de tu adiós, vaga sombría.