lunes, 10 de junio de 2013

Primaveras




Desde mi efímera primavera
hasta tu primavera eterna,
quisiera hacerte llegar el aroma
que aún queda suspendido en el recuerdo
de aquellos días hermosos
en los que tú y yo,
con el amor como única herramienta,
logramos levantar
un bello templo de cúpulas doradas
donde,a partir de ahora,
los dos acudiremos anhelantes
para elevar al cielo
a modo de plegarias,
nuestros poemas más apasionados,
con la firme esperanza
de que ellos viajarán del uno al otro
a través de infinitos azules
en cada atardecer
de cada renovada primavera.